La última de la lista

  A veces necesito perderme para poder encontrarme. Porque hace mucho que dejé de buscarme y me perdí, ya lo creo que me perdí. Me perdí en el mundo negro y triste que habitaba dentro de mi y ni siquiera sabía que existía. Puede que siempre estuviera ahí, solo que salió cuando la gota colmó el vaso de agua, cuando la razón me dijo, ¡basta!, cuando necesitaba respirar. Y huir por un tiempo no es la solución, pero es la vía de escape para poder levantarte por las mañanas. Nos pasamos la vida buscándonos, pero no a lo que nosotros queremos ser, si no a lo que quieren los demás de nosotros. Dejamos entrar en nuestras vidas gente que te destrozara por dentro. Que harán que te partas en mil pedazos, como cuando un cristal se cae al suelo y no se puede volver a unir y deja de hacer su cometido. Ahora mismo me siento como esos pedazos de cristales que tras barrerlos van a ser depositados en la basura. Me pregunto muchas veces que hago aquí, si así va a ser mi vida siempre, porque el hoyo cada vez es más profundo y yo cada vez tengo menos ganas de salir de él. Si es triste, pues lo siento, parece que siempre voy a tener que pedir disculpas por lo que soy o por mi manera de ser o de pensar. Cuando era pequeña quería ser grande porque pensaba que así todas las cosas iban a pasar y vendrían tiempos mejores, pero estaba en un completo error, todo va a peor. Todo por no enfrentar me a la realidad de que, hay que ponernos en nuestro lugar y defendernos y da igual si tenemos doce, trece o catorce años, si a esa edad no me di me lugar ahora con veintiocho años mucho menos. Ahora me gustaría volver a tener esas edades para enmendar errores, pero no se puede, es una lucha entre pasado y futuro que no me deja fluir, no me deja ser. Ponerme en mi sitio me cuesta bastante porque lo hago como esa niña de doce años, llena de ira por las burlas, las humillaciones, las risas. La verdad que si algo he de decir es que el carácter siempre he lo tenido guardado y ahora cuando sale, le dejo ser, siempre intentando no faltar el respecto, aunque las formas se me van un poco. Cuando quieras ser, déjate llevar.

Cuando quieras volar eleva los brazos.

Pero si vas a ser un gilipollas insignificante hazte aun lado y deja de joder.

Por eso perderse a veces no es tan malo, aprender a experimentar para poder controlar las emociones. Porque eso es lo que tenemos los humanos que somos emocionales. Hoy en día parece que hay menos humanidad, pero pienso que la gente se mete en un papel y que la sociedad nos pone etiquetas. Y sinceramente lo que creo que necesitamos es escucharnos y empatizarnos con nosotros mismos para poder conocernos realmente y saber lo que queremos en nuestro entorno. Porque yo en el hoyo he tardado en gritar para que alguien lanzara una cuerda o para que supieran que estaba allí, pensaba que podría salir sola y no necesitar de nadie, que me consideraba invisible y sentía que la gente que había a mi alrededor no me veía. Puede ser….

No siempre tiene que ser alguien de tu entorno el que te ayude a salir. Todo cambia, toda da muchas vueltas y como he dicho conocerte bien es permitirte saber lo que quieres tener cerca y lo que quieres apartar de tu vida. También guardar y guardar eso que se lleva dentro es lo que te empuja a ese hoyo. Hasta que gritas. Gritar antes de caer. :D



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