CORAJE
Hoy quiero dejar de lamentarme por
todo lo que pudo haber sido y no fue.
Por todas esas conversaciones que
suenan una y otra vez en mi cabeza y nunca existieron
Por todas esas sonrisas y todas esas
miradas que es lo único que fue real.
A veces las cosas tienen que ser
cosas del destino y no forzarlas.
Y créeme forzarlas es uno de los
peores errores que puedes cometer.
Tal vez el destino no quiso esta
vez, pero quién sabe si el día de mañana los caminos se vuelvan a
enlazar.
Creo que fue el valor lo que
nos falto.
Hoy solo me queda el coraje y la
pena.
Me culpo y te culpo.
Dejo de sonar la melodía.
Dejamos de ruborizarnos,
Dejamos esas miradas atrás.
Por eso hoy quiero dejar de pensar
una y otra vez de todo lo que no fui capaz, de todo el valor que me faltó, de
que no supe sacar ni el carácter ni la fuerza, y no solo en temas del corazón,
si no en la vida misma.
De qué sirve gritar, cuando nadie te
está escuchando.
De qué sirve pelear con alguien que
no quiere combatir.
De qué sirve lamentarse por algo que
ya quedó en el pasado.
Para empezar hay que olvidar.
Y con el tiempo ya no devuelves las
llamadas, dejas sonar el teléfono y empiezas a pensar las cosas con más
determinación
Y te acabas cansando de todo y de
todos. A veces parece que queremos algo y al cabo del tiempo nos cansamos
de ello. Hay días en los que siento que sería capaz de luchar contra un león y
otros en los que me dejaría comer por él. Días en los que crees que tienes
fuerza para todo y otros en los que no saldría ni de la cama. El valor que mil
veces me faltó y me faltara porque no está en mi carácter. Combatir en una
batalla es algo que pocos quieren. Pero a veces es necesario ser fuerte y
luchar.
Sacar todo ese coraje que llevas dentro.
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