Estar y No estar

 Es difícil volver al hábito. Son muchos sentimientos y pocas palabras para expresarlos. Unas veces es tristeza otras es rabia y en ocasiones es un escalofrío que te recorre desde la cabeza hasta los pies de todo mi cuerpo. Un día estás con la cabeza en las nubes, otro con los pies en la tierra y el contraste es bastante doloroso. Sinceramente hay días en los que prefieres ni estar.  Se suele decir que uno no puede fiarse ni de su propia sombra, pero cuando  uno anda mal dentro de sí mismo, ni de tu cabeza puedes confiar. Unas veces te juega malas pasadas, te hace recordar recuerdos que una vez te destruyeron. Te hace sentir que atraes la oscuridad por donde pisas. Dudo de porque dudo. Lo que si tengo claro es de que no quiero dar un paso hacia delante y dos pasos hacia atrás porque si no, no avanzó. Porque al final la dejé entrar, se adueñó de mi, hizo que por días no me levantara. Me presiono tanto que me dejo sin respirar por segundos. No podía sentir más que rabia y frustración. Los pétalos de la flor, la cara o cruz de una moneda, la lagrima por la mejilla, una y mil historias más. No se como salir de este callejón que me encuentro, veo dos salidas y no me atrevo a elegir una. No puede buscarme en un espejo porque no me hallo. Quizás me encuentre en la música, cuando acaricia mi piel y hace de mi monotonía una coreografía. Cuando no te salen las palabras y las transmites al vacío con la mirada. Es jodido cuando no se puede controlar, solo quieres escapar y gritar. Y lo que cuesta confiar y soltar. Volver al hábito doloroso pero necesario. Los sentimientos escritos, expresados en lágrimas y palabras. 


Estar y no estar.

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